Emilio Sala Francés recibe sus primeras clases de su primo el pintor Plácido Francés, catedrático de la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de Valencia. Con catorce años se matricula formalmente en la Escuela, y al finalizar sus estudios se traslada a Madrid donde realiza retratos y murales para las familias más influyentes de la ciudad.

En 1885 se le concede una pensión como académico de mérito en la Academia de España en Roma, pero dos años más tarde solicita una licencia temporal para trasladarse a París, donde se instala hasta 1896. Presenta la obra Expulsión de los judíos de España (año de 1492), en la Exposición Universal de París de 1889, donde tiene escaso éxito ya que la pintura de historia había dejado de interesar al público y a los críticos franceses, ya que estaban surgiendo las nuevas tendencias artísticas. La vuelve a presentar en la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid en 1890, causando una gran sensación.

A partir de ese momento se dedica a la pintura de género, al paisaje y la ilustración. Muchos de sus trabajos aparecen en el "Blanco y Negro", e ilustra alguno de los "Episodios Nacionales" de Benito Pérez Galdós. Consigue la cátedra de Teoría y Estética del color en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, donde publica “La gramática del color”, que se convierte en libro de texto tanto en esa escuela como en la de Barcelona.

La obra de nuestra colección está datada el 28 de mayo de 1893 y es parte de un cuaderno de dibujos a plumilla y lápiz que comprende cuatro dibujos de sendos evangelistas y tres bocetos de personajes femeninos, en uno de los cuales se conserva su firma. Este dibujo presenta a San Marcos sentado frente a un atril, bajo el cual se encuentra, mucho más abocetado, el león que le es símbolo iconográfico. Tras un fondo neutro, se desarrollan arquitecturas clásicas apenas apuntadas, que dan profundidad al conjunto.