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En 1960 tiene su primer contacto con la acuarela e ingresa en la Agrupación Española de Acuarelistas de Madrid, de la que fue alumno y posteriormente profesor. En la década de los sesenta viaja por Europa estudiando arte, especialmente a los acuarelistas, y realizando exposiciones en diferentes ciudades como Viena, Bonn o Milán.
En la década de los 70 es ya un acuarelista reconocido y admirado por la crítica de toda Europa. Recibe en 1974 el Premio Nacional de Acuarela. En los años 80 se instala en Almería, y adquiere en Guadix (Granada) una casa-palacio del siglo XVI, cuya donación realizó junto con todo su contenido a la ciudad, y donde actualmente se encuentra la sede de la Fundación que lleva su nombre. Julio Visconti siguió pintando y enseñando, a todo el que se lo solicitaba, casi hasta el final de sus días, para él el arte era su vida.
En la Colección de Arte Cajamar encontramos, junto con otras acuarelas, esta especial pieza, una pintura al óleo en la que unos jóvenes marineros arreglan sus aparejos de pesca a la sombra del velamen. Una imagen cotidiana cargada de una luz cegadora, resuelta con el uso de un trazo ágil de pincel y la espátula, que consigue atrapar la belleza de las cosas sencillas. Visconti trabajó el óleo en su primera época, especializándose en la acuarela, técnica que ya no abandonó en las marinas, paisajes urbanos e interiores que caracterizaron su repertorio.
En 2008 fue nombrado Hijo Adoptivo de la ciudad de Almería.