Rostre que torna la mirada
Artista reconocido internacionalmente, se le considera uno de los introductores, en los años sesenta, del nuevo realismo en España, vanguardia artística que buscaba el regreso a la realidad en oposición a la pintura abstracta y lejos del arte figurativo.
Después de recibir el Premio Nacional de Artes Plásticas en 1980, se traslada a Nueva York donde reside durante una larga temporada. A su vuelta a España desarrolla la pintura con sus series Acrostic o Alfabet, la escultura, la obra gráfica o la ilustración. Con una especial visión de Tirant lo Blanc, (Tirante el Blanco), novela caballeresca escrita en el siglo XV y obra cumbre de la literatura valenciana, realiza una serie de grabados al aguafuerte y posteriormente ilustraciones a color, tinta china y acuarela. Estas se caracterizan por un gran detallismo con lo que resultan unas auténticas escenas cinematográficas.
El rostro es lo más singular que tiene el ser humano, nos identifica. El Rostre que torna la mirada, es una obra de gran formato donde se aprecia el discurso figurativo de Boix. Una cara de grandes dimensiones nos observa con cierto distanciamiento, serenidad y belleza, al que se superponen unas pinceladas sueltas matéricas, que desfiguran en parte el dibujo.