Mojaquera
Jesús de Perceval supo representar como nadie la imagen más icónica de la localidad de Mojácar (Almería), la mojaquera.
Las tapadas de Mojácar fue lo que más llamó la atención a los primeros turistas que llegaban a este pequeño pueblo blanco de la costa de Almería. Mujeres que portaban cántaros llenos de agua sobre las cabezas, y que se tapaban el rostro con pañuelos que sujetaban con los dientes. El pañuelo típico es de algodón en la gama de los dorados o colores tierra lisos o estampados, el negro sólo era para las casadas que guardaban luto por algún miembro de la familia. Lo usaban exclusivamente los días de faena, y se cubrían medio ojo como signo de decoro, al estilo de las embozadas de épocas anteriores. Otro elemento fundamental de su vestimenta era el rodete, pieza que se colocaba sobre la cabeza para que los pesados cantaros llenos de agua mantuvieran el equilibrio.
En esta obra de Perceval se consigue ver el dominio que tiene el artista de una técnica tan antigua como la encáustica. El aglutinante del pigmento es la cera y se utilizan instrumentos como el soplete y la espátula. Es una pintura muy cubriente pero que a la vez aporta color, luz y brillo, ya la utilizaban los griegos en el siglo IV a.c y en el siglo XX fue una técnica revivida por artistas como Jasper Johns o Lynda Benglis.